David Fischman
El poder de la mente sobre la materia
Todos hemos escuchado historias sobre personas que tienen la capacidad de alterar la materia con el poder su mente, que sanan telepáticamente, que pueden mover objetos o incluso cambiar el destino con su mente.
Las series "Héroes", "4400" o "Lost" son muy exitosas porque en ellas se muestran a personas con superpoderes que desafían las leyes de la ciencia. Pero la mayoría de nosotros pensamos que es ciencia ficción o historias no confirmadas científicamente. Sin embargo, la ciencia está empezando a probar que sí existe la capacidad de alterar la materia con la mente.
Roger D. Nelson, especialista en psicología cognitiva experimental de la Universidad de Princeton, realizó una investigación interesante: el proyecto de conciencia global. Él estaba convencido de que la mente podía afectar la materia: quizás no mover objetos pesados, pero sí alterar procesos más sutiles. Para probar su teoría, experimentó con generadores de números aleatorios (GNA). Un GNA produce números cero y uno de forma aleatoria, con una curva estadística perfecta. Nelson quería observar si la mente humana podía afectar la curva estadística y hacer producir al GNA series con más números unos o más ceros.
Él sostenía que cuando ocurrían noticias en las que millones de personas ponían su concentración, la curva estadística se alteraba. Por ello, en distintos países, puso 65 generadores de números aleatorios que mandaban datos a un computador central, que evaluaba si el generador producía más unos o más ceros que lo que estaba programado.
La teoría se probó con eventos como los funerales de la princesa Diana y el juicio a O. J. Simpson. Pero realmente se pudo apreciar un efecto irrefutable con la tragedia del 11 de setiembre en la que fueron destruidas las torres gemelas en Nueva York.
El generador de números aleatorios se salió por completo de la curva estadística. Miles de millones de personas concentraron su atención en un evento al mismo tiempo, afectando los electrones que hacían trabajar al generador.
Lynne McTaggart, en su libro "El experimento de la intención", menciona que al usar cámaras ultrasensibles a los fotones de luz se comprobó que toda la materia viva produce emanaciones de luz. Se detectó que las hojas de las plantas producen luz y que el ser humano también tiene un halo de luz. Esa luz es muy tenue y sólo se puede registrar con cámaras fotográficas especiales. En la investigación realizada se fotografió con estas cámaras a personas que curaban con la energía de las manos, y en las imágenes se vio claramente que incrementaban la luz de sus manos cuando hacían las sanaciones.
McTaggart realizó una investigación a prueba de escépticos, usando los protocolos científicos más rigurosos, para explorar la hipótesis de que si un grupo de personas se concentraba en aumentar la luz que emitía una flor, lo podía lograr aun estando a mil kilómetros de distancia. Así, se reunió a un grupo de gente en Inglaterra para generar la intención mental de aumentar la luz de una flor que se encontraba en un laboratorio en Estados Unidos. En el laboratorio se contaba con dos flores: una para realizar el experimento y otra de control. Como resultado de esta investigación, se comprobó que en los momentos en los que el grupo se concentraba para aumentar la luz de la flor, esta aumentaba en la realidad.
Cada día se hacen más investigaciones que prueban que cuando concentramos nuestra atención y enfocamos nuestra intención hacia algo, logramos importantes resultados. Es cierto que no podemos mover una cuchara con nuestra mente, pero nuestra mente sí puede afectar procesos más sutiles como impactar en nuestro sistema inmunológico o el de terceras personas. El que no veamos físicamente una energía, no significa que no exista. Use el poder de la intención para mejorar su vida, concentre su atención en lo que desea cambiar y estará un paso más cerca de lograrlo.